martes, 11 de diciembre de 2012

Drogas, alcohol, sexo, tabaco y otras adicciones útiles

Las adicciones a substancias o conductas son frecuentes y a veces muy destructivas, pero...¿como empezaron?¿qué han hecho de positivo por nosotros?

Todas nuestras conductas tienen una intención positiva, al menos en su origen.

Muchas substancias tienen un efecto ansiolítico ( alcohol, marihuana, benzodiazepinas) y cuando sentimos ansiedad y las tomamos nos sentimos mejor. La intención es positiva y útil, en principio, pero al ser adictivas y generar tolerancia, al cabo de un tiempo no funcionan y para obtener el mismo efecto positivo necesitamos más dosis. Además, como resultado de su adictividad, cuando nos faltan nos sentimos mal y sólo volviéndolas a tomar volvemos al estado basal ( que ya no es tan bueno como el efecto ansiolítico del principio). Resultado: ya no funciona y además no podemos pasar sin.


También las conductas pueden tener un efecto positivo sobre nuestras incomodidades emocionales, por ejemplo el sexo, los atracones, el deporte, el trabajo... entonces ¿donde está la delgada línia que separa las conductas "normales" de las "adiciones"? Pues sobretodo en su utilidad original ( no es lo mismo tener sexo por placer, que para dejar de sentirte mal, o hacer un atracón para rebajar la ansiedad, que porque estamos en un buffet libre riquísimo, o tomar una cerveza con los amigos que tomarla solo en casa para relajarnos)

La conducta puede ser la misma, pero la intención no y ahí está la clave.

Una vez instaurada una adicción o un comportamiento compensador, estos continúan con independencia de que cumplan o no la función positiva inicial y ya estamos atrapados. Generalmente tendremos dos problemas: al inicial y la adicción.

Así que si te sientes mal, pide ayuda antes de caer en la trampa.

Hay adicciones más sutiles, como la adicción al trabajo, que son vistas incluso como positivas. La pregunta es ¿cómo iba tu vida cuando empezaste a trabajar sin descanso? ¿qué pasaría si no lo hicieras? Podemos trabajar mucho por placer, porque nos encanta nuestro trabajo o porqué nos vemos obligados económicamente, pero cuando el trabajo es una manera de "quemar" ansiedad , o de desconectar de la parte de nuestra vida que nos duele, la cosa cambia completamente. Hay que buscar ayuda para lo que motivó inicialmente el comportamiento o seguiremos atrapados en él.

Hay comportamientos que nos adaptan o nos integran a un grupo en un momento de nuestras vidas, pero con el tiempo, esa intención positiva ya no es necesaria y la adicción persiste. Por ejemplo empezamos a fumar para "parecer" más mayores, o para ser aceptados en un grupo de adolescentes...y en ese momento cumple su función, pero veinte años más tarde seguimos fumando...

La adición al sexo también puede seguir el mismo camino ¿ tenemos sexo cuando nos apetece o cuando nos sentimos mal y el sexo es un instrumento para llenar ese vacío? En el caso del sexo , además suele funcionar muy mal, ya que si tenemos sexo para llenar un vacío, y seguimos sintiéndolo después, la sensación de desesperanza empeora.

Incluso el deporte puede ser una saludable afición o ser una adicción ( por ejemplo la vigorexia). El deporte estimula el centro del placer mediante las endorfinas, por eso nos sentimos bién después de practicarlo. Otra vez la pregunta es ¿estamos bien, hacemos deporte y estamos mejor o hacemos deporte compulsivamente para no sentirnos mal?

La obsesión por el aspecto físico , en forma de vigorexia, bulimia, anorexia, ortorexia, cirugía estética compulsiva, compras de ropa, cosméticos, etc. descontroladamente, la no aceptación del envejecimiento...son la deformación extrema de una intención positiva. Quiero ser atractivo para lograr aceptación, pareja, admiración...en resumen, para que me quieran...pero no sé parar y continúo el proceso hasta generar incluso repulsión a los demás.





Y el mismo proceso puede ocurrir con los tratamientos psiquiátricos, si en lugar de resolver el origen de una depresión , una ansiedad, una fobia, tomamos antidepresivos o ansiolíticos, acabaremos dependiendo de ellos y el malestar sigue ahí. En mi opinión, ningún tratamiento psiquiátrico debería utilizarse sin una psicoterapia simultánea o previa que resuelva el origen del problema. La medicación "anestesia" el síntoma y podemos dejar de percibirlo por un tiempo, pero la causa subyacente persiste, incluso empeora, y entonces sólo queda aumentar la medicación. La psiquiatría biologista, amparada por el inmenso negocio de las farmacéuticas, reduce todo a desequilibrios químicos en nuestro cerebro y busca la solución en alguna substancia que lo reequilibre, pero , seamos realistas, no funciona. Nos puede "sacar del pozo" y a partir de ahí una terapia mantenernos bien, pero por si solo no funciona a largo plazo.Entonces dicen que la depresión es crónica y aumentan la medicación... en vano.Nuestro estado interno genera cambios químicos en nuestra neurología, entonces, ¿nos ocupamos de la química o de los estados internos? El negocio millonario está en vender "pastillas para los nervios" por lo tanto todos los estudios sobre el tema van en la dirección de mantener el negocio a flote.


Cuando tengas una adicción, busca ayuda para resolver la causa que la propició y después busca ayuda para dejar la adicción, verán que el resultado es mucho más fácil y satisfactorio.

Y por último, y para no dejar títere con cabeza, quiero hablar de la adicción a las psicoterapias, terapias alternativas, tratamientos psiquiátricos, etc. Otra vez el mismo proceso: nos sentimos mal, acudimos a un terapeuta, pero no estamos dispuestos o preparados para implicarnos de verdad y asumir nuestra responsabilidad en el proceso. Nos acercamos al borde de la piscina, pero no nos mojamos. Entonces, en lugar de intentarlo, buscamos otra terapia que funcione "mágicamente", sin tener que implicarnos demasiado, pero claro tampoco funciona y vamos saltando de terapia en terapia, reforzando la creencia sobre que no tenemos solución. He conocido gente que ha pasado por años de procesos terapéuticos y "han resistido" sin cambiar nada, siguen siendo los mismos y acusan a las terapias de inútiles o lo que es peor, recomiendan a ultranza terapias que a ellos no les han funcionado, para justificarse. Conocí a un profesor de psicología, que pasó por un proceso de terapia gestalt muy largo y contaba maravillas sobre esta terapia, sin embargo su vida, su comportamiento, y su estado interno, no reflejaban mejoría alguna...y sin embargo¡hacía de terapeuta! También os podría hablar de una psiquiatra biologista, que habla de sus pacientes como si fueran enemigos, está resentida con su trabajo, con su empresa, con sus pacientes...yo no me pondría en sus manos ¡ni loco! si me permitís la broma.

Ante un paciente que quiere dejar una adicción, lo primero es preguntarse ¿qué hace esta adicción por ti? y hasta que no encontremos satisfacción para esa necesidad no abandonar la adicción. Por ejemplo si bebes por que estás ansioso, resolvamos primero la ansiedad y luego dejar el alcohol será mucho más fácil y las recaídas muy improbables.

En resumen, todo comportamiento tiene una intención positiva ( para uno mismo o para los demás), pero con el tiempo puede que su función haya caducado y el comportamiento persista. Cuando observemos que un comportamiento nos quita libertad, no nos deja elección, interfiere en nuestra vida o amenaza nuestra salud, hay que pedir ayuda, pero eso sí, busca un terapeuta feliz, ¡es la mejor manera de saber que su terapia funciona !


Jordi Reviriego.

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