lunes, 26 de marzo de 2012

Quién no tenga personalidad múltiple que diga ¡nosotros!

Es un tema realmente muy complejo, así que partiré de la sistematización de niveles neurológicos del psicólogo Robert Dilts y sobre ello voy a añadir mi granito de arena.

Según Dilts, estamos organizados en varios niveles neurológicos: 

 

Empezamos en  el nivel más superficial, el entorno en el que vivimos, nos relacionamos, trabajamos , etc. es decir, el lugar donde realizamos nuestros comportamientos. Estos comportamientos necesitan , para poder ser hechos, de unas capacidades previamente aprendidas ( aprendizaje de conocimientos, aprendizaje emocional, experiencias vividas, etc.).  Por encima de nuestras capacidades están nuestros valores i creencias, que a modo de jerarquía, regularán nuestra expresión en el entorno. Estas creencias provienen de las experiencias vividas, de creencias de nuestros ancestros o personas de referencia, que nos han transmitido desde nuestra infancia, etc. y muchas veces no las cuestionamos, las damos por verdades universales. Son nuestras verdades.

A partir de todo lo dicho se configura lo que llamamos "identidad". Lo que respondería a la pregunta de quién soy yo. Luego ampliaremos este concepto.

Por encima de nuestra identidad, segun Dilts, estaría todo aquello que trasciende a uno mismo, su espiritualidad, su pertenencia a un sistema más grande (sociedad, profesión, familia, mundo, raza, religión...).

Todo modelo es una mentira que nos permite entender mejor la verdad, y este no es una excepción. Lo cierto es que es muy útil, en una terapia, identificar en que nivel o niveles se encuentra el problema para generar cambios a ese nivel específicamente. No es lo mismo decir "quiero dejar de fumar" -comportamiento- que "quiero dejar de ser fumador" -identidad- , por lo tanto la estrategia en una hipnosis, por ejemplo, debe tener esto muy en cuenta o estaremos apagando el fuego en el piso equivocado.

Por mi experiencia, este modelo simplifica el concepto de identidad excesivamente y este es el motivo de este artículo:

La identidad, situada entre lo que creo de mi ( mis verdades ) y el sistema al que pertenezco, es algo pluridimensional. De manera que no tenemos una sola identidad, sino un conjunto de ellas que a mi entender configuran la verdadera esencia de nuestro YO.

Yo no soy el lugar donde estoy, no soy las cosas que hago, ni soy mis habilidades, ni soy mis creencias, ni soy mi identidad, lo que soy está por encima de mi identidad, es eso lo que realmente forma parte del sistema más grande.

Y por qué afirmo que no soy mi identidad: porque de esas tengo muchas y yo sólo soy uno.

Me explico: en cada entorno pongo en juego una de mis identidades, no uso la misma identidad cuando hago de médico que cuando hago de padre, ni cuando hago psicoterapia que cuando hago meditación. Si no  uso la misma identidad cuando tengo relaciones sexuales que cuando escribo un artículo, y por lo tanto no uso las mismas creencias ni capacidades ni comportamientos, i ni tan siquiera el mismo entorno, me parece razonable pensar que tenemos varias identidades o varias dimensiones de nuestra identitat "global". Por lo tanto la esencia de nuestro ser está por encima de nuestra identidad. Somos quién coordina, como un director de orquestra, que instrumento debe sonar en cada momento.

Es decir, yo soy el director de orquesta y mis identidades los distintos músicos que componen mi sinfonia de la vida. Decir "yo soy médico" es tomar la parte por el todo, simplificar, omitir, perder información.

Intuyo que cuando el director tiene problemas para dirigir la orquesta, estos problemas trascienden a todos los niveles originando un desorden que puede ser difícil de arreglar. ¿Quizás la esquizofrenia sea un director de orquesta fuera de control o una de las identidades haciendo de director? 

Esta "personalidad múltiple" bién equilibrada i coordinada es la que, para decirlo con un ejemplo claro, permite a un ginecólogo trabajar y gozar del sexo usando para cada cosa un comportamiento, unos valores, unas creencias y una identidad adecuada. ¿Se entiende no?

No importa mucho el nombre que le pongamos a este fenómeno: identidades múltiples, multidimensionalidad de la identidad, facetas de la identidad, etc. eso seria un debate estéril, lo importante es el concepto de que somos un ser, una esencia , un "punto tierno" como dice S. Gilligan, que interaciona con el mundo desde una increible riqueza de posibilidades.

Darse cuenta de que tenemos varias identidades posibles a la vez sin dejar de ser nosotros mismos, nos hace ser mucho más flexibles, nos permite aceptar ese ying/yang internos de polaridades que trabajan juntas para formar un todo.  

Muchas veces la fuente de sufrimiento interno viene de la no aceptación de alguna de nuestras identidades o de las polaridades que su presencia genera. Cuando damos cabida a todo lo que somos, ya no hay tensión interna. 

Ahora vamos un paso más allá. Cuando nos relacionamos con los demás mostramos sólo una o dos de nuestras identidades y la persona que tenemos delande puede tomar lo que ve por el todo y quedarse con la idea que "conoce" aquién tiene delante. Emitimos juicios sobre los demás a partir de la pequeña parte que nos muestran, en el limitado contexto en que interacionamos e inferimos que esa persona "es así" en todos los ámbitos de su vida. Gran error, por supuesto.

De ahí nuestra sorpresa cuando descubrimos que un jefe tiránico es también un padre amoroso y un marido inseguro o que una monja abnegada puede ser una compañera vengativa o una hija indolente.

Es más, la identidad que mostramos ante alguien, genera que la otra persona muestre también una identidad determinada como reacción a la nuestra. Es muy interesante el punto de vista de la terapeuta familiar Virgina Satir, de como mostramos distintos estilos comunicativos en función de quién tenemos delante. Por ejemplo ser dominante ante un sumiso, pero mostrarse sumiso ante otro dominante.

Así que, la próxima vez que colguemos una etiqueta a alguien por una cosa concreta, tengamos presente que estamos ante un ser mucho más rico y polifacético de lo que nos está mostrando y que nosotros también lo somos. Por lo que probablemente tenemos mucho más en común de lo que nuestra expresión superficial permite adivinar.

¿No os fascina descubrir entre la gente conocida ( familiares, amigos, compañeros de trabajo, profesores, etc) identidades que ni tan siquiera intuíamos a primera vista? De repente resulta que el aburrido recepcionista toca en un grupo de música, el cartero es un experto en astronomía, el abogado es un friki de los trenes de juguete, el jefe implacable es en realidad un sentimental asustado, el informático escribe poesía... y descubrimos que todos tenemos muchas más dimensiones de lo que jamás habíamos imaginado.

Vivir sabiendo y disfrutando de  eso, !es una aventura maravillosa!

Somos como una margarita, parece una sola flor, pero en realidad está formada por cientos de flores unidas formando un todo muy bello. 


 





1 comentario:

  1. Luis Manteiga Pousa2 de marzo de 2023, 19:02

    No creo que estés hablando de las personalidades múltiples, que es un tema controvertido, hay voces autorizadas que dicen que no existen, creo que estás hablando de las diferentes facetas de la personalidad.

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