Nunca hemos necesitado tanto la poesía como ahora.
Cuando una epidemia de desmotivación, de falta de puntos de referencia sólidos, de infelicidad sentida, de falta de trascendencia...nos asola.
Sumidos en la superficialidad de trabajos sin objetivo, de falta de sueños, de idealismo, con rutinas interminables que no llevan a a ninguna parte, esa indefensión aprendida que nos amenaza.
Justo ahora es cuando necesitmos la poesía como refugio, como asidero, como lugar al que acudir a buscar sentido y belleza a nuestras vidas. El alma del poeta es libre.
Los planes de estudio no valoran el aprendizaje para ver la belleza, ni los gobiernos, ni las empresas...y muchas personas han dejado de buscarla. Pero buscar la belleza es lo que nos hace humanos más que ninguna otra cosa, es una necesidad básica para enriquecer nuestras vidas, dar sentido a los momentos, recoger los frutos de la evolución.
La poesía es la búsqueda consciente de la belleza, es meditar, es embelesarse, es fascinarse, es una manera de mirar al mundo para extraer ese elixir alquímico de la felicidad.
Poesía es la mirada que goza contemplando la caída de una hoja, el canto de un pájaro, el discurrir de un riachuelo, la mirada de un niño. Estamos rodeados de belleza por todas partes, la belleza nos hace felices y cuantas veces ni la vemos.
En una sociedad dirigida por los intereses económicos, dono la única belleza que se promociona es la que se puede comprar, necesitamos recuperar esa mirada infantil que se fascina con todo, volver a apreciar el vuelo de las mariposas o la magia de una charla sincera, el brillo en los ojos de un amigo, ese rizo sobre la cara, ese paseo por la playa, un té caliente, todo es poesía si nuestra alma es permeable a la belleza.
La poesía está también en la literatura, pero es una pequeña parte y hay que buscarla en todo lo demás, en todas las artes, en la naturaleza, en los momentos, en la luna, en el alma, en todo.
Atesora la magia que hay en lo cotidiano, no esperes a ver el Taj Majal para cultivar ese estado interno, hay un Taj Majal en cada aroma de una flor y están más a mano.
Así que ponte las gafas de poeta y sal al mundo a leer la belleza en las gotas de rocío, en las palabras, en el viento en la cara, en las formas de la arena, en las sinfonías que interpreta el bosque cada día, No esperes, la vida no va a esperar, en este mundo acelerado, donde paradójicamente no hay tiempo para nada de tanto ahorrarlo, necesitamos más que nunca el resurgir de los poetas que nos muestran como lo más simple es lo más importante.
Un día sin poesía, es un día perdido, así que sal a buscarla, hoy mismo.
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