Fue Konrad Lorenz, quién descubrió, observando animales recién nacidos, que existía un período de aprendizaje inmediato que puede ir desde los pocos minutos en animales como las aves y que era más largo en animales con mentes más evolucionadas, lo llamó imprinting. Observó que un patito seguía a cualquier objeto en movimiento cuando nacía y lo reconocía como su madre. Había un breve espacio de minutos en que podía rectificar un error y dejar de seguir a una pelota si aparecía su madre, pero pasado ese tiempo ya no rectificaba jamás y seguía por siempre al objeto equivocado como si fuera su madre.
Actualmente pensamos que el periodo de imprinting en humanos llega hasta los 6 o 7 años y a partir de ahí , el aprendizaje ya está totalmente modulado por las experiencias previas: aparecen los filtros, comparaciones, generalizaciones, etc. antes de eso estamos "indefensos ante los aprendizajes". Aprendemos creando conexiones en nuestro cerebro indiscriminadamente, incorporando los aprendizajes y dándoles un sustrato de conexiones neurológicas donde yacer.
Durante la adolescencia muchos aprendizajes que no han sido usados van desapareciendo ( aunque sabemos que no del todo y que podemos recuperar muchos recursos antiguos) mientras los más usados, habitualmente los más útiles y adaptativos, pero no siempre ( algunas patologías tienen como etiología el uso reiterado de un circuito desadaptativo) , potencian las vías neuronales que los sustentan. La primera infancia da estructura conexional al cerebro y sobre eso vamos a “podar” o añadir todo lo demás, así que os podéis imaginar la importancia neuropsicológica que tiene la etapa de crear conexiones y la de “podarlas” para crear un cerebro adulto. La educación y el programa educativo debe saber y tener en cuenta eso ( padres, escuelas...), y en todo momento individualizar para cada chico.
Aunque nuestra capacidad de remodelación cerebral nos permite modular mucho los "imprintings" infantiles, casi siempre siguen dominando a la sombra nuestras conductas y reacciones sin ser conscientes del porqué.
Respondemos como adultos, pero reaccionamos como niños. Y en general reaccionamos más frecuentemente de lo que respondemos.
Una madre grita ante una araña y su hijo de 3 años lo vé, lo imprime en su memoria ( araña= mama asustada= araña peligrosa) y de adulto se aleja "inconscientemente de las arañas" , aunque racionalmente sepa que no es venenosa , no la tocará. Con PNL o hipnosis podemos acceder a muchos de esos recuerdos y cambiarlos y los resultados son sorprendentes e inmediatos. En ocasiones llegamos a ser conscientes durante la terapia del momento exacto en que se produjo ese imprinting y al cambiar el aprendizaje desde ahí, cambian todas las emociones asociadas a él. Puede que nunca nos gusten las arañas, pero ya no sentiremos esa emoción desagradable al ver una.
La reacción ligada a una emoción es súbita e incontrolable, cuando eso cambia, cambia todo.
Por lo tanto, en el período de máxima apertura neurológica incorporamos un ingente número de experiencias y aprendizajes, después, durante la maduración cerebral, hasta los 25 años, seleccionamos de entre todas las conexiones las que más usamos ( no necesariamente las más útiles) y con ese proceso conformamos un cerebro adulto con un funcionamiento único.
Por último ( y por suerte) tenemos un sistema de plasticidad cerebral, que permite remodelar nuestro cerebro durante toda la vida, de modo que cada experiencia y cada aprendizaje pueda recuperar viejas conexiones útiles y desconectar las que yo no sirven, en eso consiste el proceso de cambio y sólo los mamíferos superiores, y en especial los humanos, poseemos esa capacidad infinita de remodelar nuestra neurología para incorporar aprendizajes y cambiar.
Sin esa plasticidad, seguramente ninguna psicoterapia seria eficaz.
En la segunda parte de este artículo abordaremos más a fondo el aprendizaje en la etapa escolar y en especial la plaga de nuestro tiempo: el TDAH o trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario