La mejor respuesta que he
escuchado a esta pregunta, en la de Tom Hanks en la película Forrest Gum,
cuando dijo: ¿NO VOY A SER YO?
Dejando de lado la parte
humorística, creo que la respuesta está totalmente en lo cierto.
¿De hecho no somos
siempre los mismos? ¿No seguimos llevando dentro, por años que cumplamos al
niño que fuimos y seguimos siendo? ¿No seguimos teniendo las mismas ilusiones
anhelos, emociones, desengaños, aprendizajes... que cuando éramos niños?
De hecho seguimos
perpetuando las mismas actitudes que teníamos de niños, y seguimos
emocionándonos y padeciendo de la misma forma.
Fijaros en las siguientes
afirmaciones: (cada uno de nosotros sabemos cómo acabarlas)
-
Las cosas son
como son
-
Yo soy muy…
-
Yo sé muy
bien…
-
Yo no puedo o
no debo o no se…
-
Tengo el
carácter que tengo
-
Las cosas se
deben hacer de una determinada manera
-
Tengo que
ser…
-
No me gusta…
-
Me da miedo o
me asusta…
-
Está claro
que…
¿Dónde aprendimos todo
esto? en nuestra niñez, de nuestros padres, abuelos,
familiares, de aquellos que nos cuidaron.
Muchas de estas
creencias, actitudes, emociones, no son buenas para nosotros, nos hacen ir por
la vida, con un enorme peso a nuestras espaldas, con unas sensaciones
desagradables en nuestro estómago o en nuestro pecho.
Con la PNL podemos ir a la raíz de estos
aprendizajes y resolverlos, como ya hemos hablado alguna vez, pero hoy quisiera
tratar la parte opuesta, es decir todas aquellas emociones, actitudes, sensaciones,
que teníamos cuando éramos niños y tan bien nos hacían sentir, y que al crecer
hemos ido ignorando, olvidando, tapando, ocultando… porque al crecer no debían estar
ahí, ¿o tal vez si?
Recordáis algunas:
-
La emoción de
estar oculto jugando al escondite
-
La sensación
de saltar en la cama
-
Que solo
exista el juego en el que estas
-
No pensar mas
que en el aquí y en el ahora
-
El saber que
hoy este amigo es para siempre
-
Poder
imaginarlo todo!!!!!
-
Aprender algo
nuevo
-
Las
cosquillas
¿Podéis acceder a esos
recuerdos?, aunque solo sea unos segundos ¿podéis sentir esas emociones?,
seguro que sí, pero lo hacemos pocas veces, porque no estamos entrenados, en
cambio que fácil es entrar en un recuerdo triste o en una sensación de enfado
¿verdad?
Pues bien mi propuesta es
que cada día intentemos entrar por unos momentos en alguna emoción positiva i
que seamos capaces de potenciarla hasta el máximo. Al principio cuesta pero
intentarlo y veréis el resultado, poco a
poco hacerlo mas veces al día, id cambiando los malos rollos, los pensamientos
tristes o negativos por algún recuerdo intenso i feliz de cuando erais niños.
Poco a poco id
recuperando a vuestro niño, aquel niño que jugaba, reía, soñaba… y todo lo
hacía al máximo!!!
Os ayudará a conectar con
la vida, permitiros ilusionaros por las pequeñas cosas, tener sueños sencillos,
jugad cada día, reíros, emocionaros con los pequeños detalles, compartid con
otros los momentos.
Y recordad… vosotros solo sois aquel mayor que
queríais ser cuando erais niños, no defraudéis a vuestro niño.
Esther Garcia Font
Me has animado el día, gracias por devolverme mi infancia!!!
ResponderEliminar¡Cuánta verdad! y sin embargo que pocas veces ponemos en práctica esto que sin embargo sabemos y nos has recordado.
ResponderEliminarY más necesario que nunca recordar la niñez, esta etapa (generalmente tan despreocupada y feliz)
:D A mí, me encantaba saltar en la cama e inventarme historias (todas con final feliz :) )
La imaginación lo más bonito de la infancia... y en parte, motor de la edad adulta.
Un saludo, Jordi.